La natación es reconocida como una de las actividades físicas más completas para la promoción de la salud, ya que combina de forma equilibrada el trabajo cardiovascular, respiratorio y musculoesquelético mientras mantiene un bajo impacto sobre las articulaciones. Su ejecución en un entorno acuático reduce la carga mecánica del peso corporal, permitiendo que personas de todas las edades —incluyendo adultos mayores o individuos con limitaciones físicas— puedan realizar ejercicio de manera segura y sostenida.
Además, la evidencia científica señala que la natación participa en la mejora de la función vascular, el fortalecimiento del corazón y la regulación de la presión arterial, favoreciendo así la prevención de enfermedades crónicas y contribuyendo a una mejor calidad de vida global. Frontiers in Physiology Staff. (2023).